Otra luz es posible

De qué están hechos cada uno de mis sueños?

Sé de donde nacieron, de una profundidad que ahora apenas intuyo, a la que he querido taponar para que no vuelva a surgir apenas ni la sombra de un nuevo sueño, y que los antiguos permanezcan bien escondidos, reprimidos.

Cada uno de mis sueños se ha hecho con retazos de mí, de mi corazón, de mis deseos, tanto los más profundos como alguno caprichoso, incluso jugueton.

Los puedo ocultar, reprimir, casi hasta negar que existen o existieron alguna vez, pero ellos encuentran un camino, sinuoso o tan directo como una flecha, para aparecer, resurgir de su encierro, y recordarme que existen, existieron, y áun están esperando el momento de cumplirse, la ocasión de realizarse, incluso la paz de renunciar a ellos.

Cada uno de mis sueños, aunque yo lo niegue, tiene un nombre, una presencia, una importancia tan vital como yo misma. Y cuando los niego, cuando los anulo por miedo, me anulo, me quito el derecho a ser y querer, a sentir y desear.

Cuando un sueño es escondido, dejo un poquito de vivir, se apaga una vela más, pero aún me queda uno, y es que otra luz es posible.