Te miré, no miramos, y en ese breve momento de insinuación
algo transformó la realidad,
marcando cada momento, creando su propia huella.
Esas miradas no volverán, perdurará la estela de todos los instantes
acompañados de todas y cada una de sus vivencias.
Los escondrijos hace ya tiempo que fueron descubiertos perdiendo su misterio,
el arona a nuevo ha dejado paso a la estela desdibujada del tiempo,
creando nuevas canciones en la noche de las marionetas de porcelana.
Ya tu mirada no es aquella sorpresa, y la mía a veces se convierte en sombra.
Y nos amamos, como aquel día, más que aquel día,
nos amamos en el tiempo, a través de él y a su pesar.
Te miro, nos miramos, conocemos ya el camino que nos une,
aunque a veces esté tapiado por rocas de rutina.
algo transformó la realidad,
marcando cada momento, creando su propia huella.
Esas miradas no volverán, perdurará la estela de todos los instantes
acompañados de todas y cada una de sus vivencias.
Los escondrijos hace ya tiempo que fueron descubiertos perdiendo su misterio,
el arona a nuevo ha dejado paso a la estela desdibujada del tiempo,
creando nuevas canciones en la noche de las marionetas de porcelana.
Ya tu mirada no es aquella sorpresa, y la mía a veces se convierte en sombra.
Y nos amamos, como aquel día, más que aquel día,
nos amamos en el tiempo, a través de él y a su pesar.
Te miro, nos miramos, conocemos ya el camino que nos une,
aunque a veces esté tapiado por rocas de rutina.
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