Y eras tú, nadie más, tú y tus ojitos de media luna.
Me has hablado, con más sabiduría que todos los mayores.
Quedará entre nosotras tus verdades.
Estabas herida, al igual que yo, pero tú sabías llevarlo con mucha dignidad.
Toda la dignidad de un año de vida.
¿Porqué esa edad?
Parecías mayor, y muy sabia, me has cogido de la mano y me has acompañado, llevándome por caminos que temo cruzar yo sola.
Y tú te reías de mis temores, sin ninguna maldad.
Hoy te he soñado, y el corazón me ha vuelto a latir por unos momentos tan reales...
Has conseguido casi lo impensable, me has consolado, acariciándome el corazón.
Mi niña, llegues algún día o no , ya estás por aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicarme unos momentos.