Días extraños y un poema

Son días extraños, no malos, para nada, pero sí extraños.
Estos días no me funcionaba bien el blog, no podía dejar comentarios, no podía apenas ni acceder a él. En el fondo era alguna tontería que ha desaparecido sola, (creo).

Y estoy soñando, me estoy permitiendo soñar e imaginar, sin reservas, aunque siempre hay algún temor escondido tras cualquier rincón. En todo caso ha sido curiosa la experiencia.

Por otro lado me he sorprendido a mí misma en algunas situaciones con un dominio y un aplomo que no creía que tuviera.

Hoy mismo he tenido una segunda entrevista para el trabajo y verdaderamente me ha sorprendido mi calma y dominio de la situación y del contexto del trabajo, que me es completamente desconocido.

Es curioso, qué grato es llegar a sorprenderse una a sí misma, en este caso para bien, pero al contrario también se puede dar el caso.

Creemos conocernos, saberlo ya todo sobre nosotros, eso en algunos momentos nos lleva a tener una cierta visión conformista sobre nuestro ser, sentir y proceder, incluso nos produce que actuemos en automático en numerosas ocasiones. Nos da una "identidad" que necesitamos para saber mínimamente cómo somos.

Pero creo que, (desde luego yo sí), desconocemos mucho de nosotras y nosotros mismos.

Es cuando te encuentras en situaciones extrañas, ajenas a tu contexto de vida habitual, cuando salen recursos, habilidades, formas de expresar y vivir la realidad, que antes o no conocías o de no poner habitualmente en práctica habías olvidado.

Realmente no aparece otra persona ni lo que se descubre es tan divergente con lo que éramos que esa identidad se desestabilice. Al contrario, es una suma, un complemento a nuestro ser.

Descubres que además de...eres también...

Y todo lo que suma enriquece, aunque sean defectos, porque todo ello lleva a un aprendizaje.

No sé porqué cuento todo esto, tal vez porque hay una necesidad de compartir algo que aún tengo que procesar, integrar y asumir, y escribirlo y verlo escrito me ayuda a reflexionar sobre ello.

Pronto podré decir algo seguro sobre el trabajo, pero os puedo adelantar que para mi sorpresa y teniendo en cuenta que es completamente desconocido ese campo de trabajo para mí, estoy entre las dos últimas aspirantes a la espera de la decisión definitiva.

Y lo bueno es que no estoy histérica...o tal vez si y por eso estoy tan tranquila...

Dejo un par de versos, que son la manera más simple que tengo de expresarme y de acercarme al mundo.

En el camino, tras tanto camino,

en el recodo del árbol centenario te vi sentada,

llevabas tu traje más alegre,

me saludaste,

y tu sonrisa me salvó de mi cansancio,

tu sonrisa me trajo confianza

y supe que aún se puede amar.