Como un pequeño mundo de olvido,
en el que cada anochecer parece que se extinguirá el fuego
para siempre.
Como una ilusión que se alza,
tan elevada que parece evaporarse
para siempre.
Como todas las lluvias torrenciales, que nos calan hasta en el pensamiento
y parece que no se secarán,
dejándonos ateridos
para siempre.
Como cada uno de todos los días, en los que el fuego aguanta,
la ilusión se eleva pero permanece,
y los pensamientos se secan,
sintiéndonos reconfortados,
para siempre.
O en todo caso, hasta el día siguiente.
en el que cada anochecer parece que se extinguirá el fuego
para siempre.
Como una ilusión que se alza,
tan elevada que parece evaporarse
para siempre.
Como todas las lluvias torrenciales, que nos calan hasta en el pensamiento
y parece que no se secarán,
dejándonos ateridos
para siempre.
Como cada uno de todos los días, en los que el fuego aguanta,
la ilusión se eleva pero permanece,
y los pensamientos se secan,
sintiéndonos reconfortados,
para siempre.
O en todo caso, hasta el día siguiente.
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